La endoscopia de animales pequeños utiliza un tubo delgado y flexible con una cámara acoplada para inspeccionar las estructuras internas del cuerpo de un animal pequeño. La endoscopia, una técnica mínimamente invasiva, permite la visualización directa y la intervención dentro de las cavidades corporales de animales pequeños, como gatos y perros. Durante la endoscopia, el veterinario inserta el tubo a través de la boca o mediante una pequeña incisión, lo que permite la visualización de órganos y tejidos en una pantalla.
La aplicación y el valor de la endoscopia en animales pequeños han hecho avanzar significativamente la medicina veterinaria, aportando capacidades diagnósticas y terapéuticas esenciales.